Las buenas formas
Las buenas formas. Dos buenos amigos que se dan la mano (imagen by MSAM)
A los profesionales se nos presuponen:
El saber estar, la elegancia en el trato, las maneras al comportarnos, el lenguaje verbal-no verbal, la presencia, son importantes también a la hora de desarrollar un trabajo y cuanto más un profesional que representa a una compañía y es responsable de un equipo de personas a las que debe dar ejemplo.
Pero no se crean que se cultiva esto en las organizaciones, pues se supone. Y a veces se descuida.
Probablemente yo le dé demasiada importancia a este tema que puede estar en desuso en estos tiempos, pero me irrita enormemente:
- Emails mal escritos y en los que se “oye” vociferar a quien lo escribe por el abuso excesivo de letras mayúsculas, exclamaciones, interrogaciones, y toda sarta de puntuaciones ortográficas para que podamos visualizar bien su estado negativo de ánimo.
- Salidas de las reuniones o incluso de las organizaciones sentenciando y dando un “portazo”.
- Malos modos al hablar.
- Expresiones fuera de tono….
Podría seguir exponiendo muchas más pero creo que es suficiente.
¿Cuesta tanto tratarse con educación?. No cuesta nada.
Lord Quin. Setter Irlandés ( By MSAM)
Puesto “que no hemos ido a la escuela juntos” como diría mi abuelo, hay que respetarse entre unos y otros, hay que respetar el espacio personal que nos separa a cada uno sin invadirlo. Hay que saber expresar las opiniones sin ofender al otro, ni tratar de intimidarlo, ni vejarlo, ni empequeñecerlo. Hay que tener categoría personal y por tanto profesional. Es cierto que la educación que se ha aprendido en casa es muy importante, es la base, pero aquellos que no han tenido la suerte de aprenderla en el nido, cuando aprenden , estudian, van a las universidades, hay que dejar que éstas dejen poso, señores. Hay quien dice “fue a la Universidad y la Universidad no pasó por él“.
A todo ello quiero unir por tanto el cuidado exquisito que hay que tener cuando uno escribe algo, ahora por email, pues.. “ lo escrito, escrito queda” evitando conductas inadecuadas como alguna ya expuesta anteriormente y porque en el texto del email no va unido el lenguaje corporal, no verbal, del face to face, tan importante. Por lo que es bueno medir nuestras palabras, pues la potencia de las mismas sin ir acompañada de un gesto, de una mirada, pueden ser demoledoras y fruto de conflictos. Luego, también es difícil no caer en la tentación de contestar a ciertos correos electrónicos provocadores y les juro que a veces incluso a mi misma, me cuesta tener las riendas cortas para no entrar al trapo. Todos tenemos nuestro aguante…
Quiero batir aquí una lanza por la educación y el saber estar, que también nos dan marca personal a los individuos y a los profesionales y nos hacen distinguirnos de aquellos que no la tienen.
Practiquemos el buen verbo y no el improperio, la sonrisa y no el rictus de una mala mueca, los buenos gestos y no los malos modales, la conversación educada para solventar una discrepancia y no el exceso de emails que incomunican más que comunicar algo.
Ahora que además nuestras vidas profesionales van acompañadas de las redes sociales donde la escritura es el eje central, cuidemos con esmero lo que escribimos para redactar una composición perfecta.
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Magnífico Post Montse.
Es una pena, yo opino igualmente que se están perdiendo los buenos modales, la pregunta es ¿por qué?.
Saludos,
Bego P.