Domingo, 21 de octubre de 2012

Marca personal

Marca personal. Huellas en la arena: La Lanzada O Grove. (imagen  by MSAM)

El mundo está cambiando a un ritmo vertiginoso, quién nos iba a decir a nosotros que íbamos a estar inmersos en una crisis similar al del 29, quién, que la balanza de los todo poderosos iba a estar inclinada hacia países emergentes como China, Brasil, India…

En la antigüedad los que configuraban el mundo habían sido culturas sobresalientes, primero los griegos, después los romanos.. y mucho más adelante otros países entre los que también se encontraba nuestra querida España, quien por su poderío, por su control del mar, sus navegantes con espíritu aventurero allende los mares permitieron que para nuestro país incluso “nunca se pusiese el sol”… y también otros países europeos que en determinados momentos  en la historia de la humanidad han llevado el liderazgo del poder. En nuestras mentes si cabía pensar que la hegemonía de un país u otro, un continente u otro podía cambiar, la historia así nos lo había enseñado, pero ¿quién habría imaginado que el fiel de la balanza se inclinaría de manera diferente encabezando China la lista de los todo poderosos? (sobresalir).

Por otro lado, las redes sociales son también un instrumento que hace que nos repensemos la situación. Ellas contribuyen a que esta nueva era sea más global, y nos obligan a ir de su mano en nuestro crecimiento. Nos sentimos escuchados, observados y hasta invadidos en nuestra intimidad, a golpe de click podemos acceder a toda información que queramos (nuevas tecnologías-cambio).

El mundo está cambiando y nosotros con él, o al menos deberíamos. Por eso hace falta instaurar la cultura de la diferenciación, tu sello, tu marca personal (personal branding que dirían los anglosajones). El planeta es global, las empresas también lo son, tienen sus recursos, sus objetivos, sus resultados, sus planes de ventas y marketing, sus planes de negocio y sus proyecciones, sus budgets y sus forecasts y su mejor baluarte, sus recursos humanos, para los que no es suficiente la cultura empresarial de la formación, de la iniciación…a veces del adocenamiento, donde el todos iguales vale. Ya no. Tenemos que entrar en la cultura de la defensa de la diferenciación personal, entendiendo por ello la marca personal inherente al individuo. Ahora serán los individuos quienes presten su saber hacer, sus habilidades y competencias, aquellas que las hacen diferentes a otros, las que les permitirán hacerse más competitivos en el mercado laboral. La marca diferencia a los individuos pero también a la empresa que representan pues en la medida que la representan se la ceden.

La marca personal está constituida-construida por valores sólidos y habilidades como la creatividad, la iniciativa y la innovación. La marca personal es talante-talento, es cabeza-corazón, un equilibrio entre ambos binomios, es educación, es transformación (cambios en el propio individuo y cambios en los equipos a liderar: liderazgo transformacional ) es confianza en el saber hacer y generar confianza en los otros, tener criterio para encarar las dificultades, saber gestionar el cambio y adaptarse a los tiempos que corren con facilidad asombrosa. Todo ello nos hará ser más competitivo en un mundo cada vez más especializado, global y arrollador como en el que vivimos y que por tanto nos obliga a diferenciarnos para sobresalir.

Pasamos a ser necesarios por ser diferentes. Aquello que nos hace desemejante es nuestro sello y debemos construir toda una estrategia de valor entorno a ello. Debemos ser un referente y dejar huella, construir y edificar de manera continua, tenemos algo que ofrecer y debemos darlo a conocer (comunicación efectiva). Todo ello requiere sacrificio, entrega, trabajo continuo, tiempo, esfuerzo y persistencia, cualidades también para ser líderes, líderes de uno mismo y líderes para las organizaciones.

Tú eres empresa: tu empresa, tú la persona, tú la ventaja competitiva,  tú eres prestigio, tú eres talento, tú tienes talante, tú sabes expresarte, tú tienes los contactos ( networking), tú eres diferente y llevas contigo la huella dactilar de tu destino del que eres dueño.

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Por Montse Sánchez-Agustino
 
 
 
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