Mi primer mentor. Homenaje
Poema : En la marea alta de los ensueños. J.L. Sánchez-Agustino López
El término mentor se recoge por primera vez en el libro La Odisea, escrita por el poeta griego Homero. “Cuando Ulises se prepara para ir a luchar a la Guerra de Troya, se da cuenta que va a dejar solo a su hijo Telémaco, su único heredero. Telémaco debía ser formado para ser rey, Ulises sabe que tardará en volver por lo que confía en su amigo Mentor para que le sustituya en la labor de formación del joven mientras él va a la guerra” .
Ulises busca en Mentor al consejero, amigo, maestro y persona sabia. Es de esta historia de donde deriva la palabra mentor.
Homero refleja en su relato una de los más antiguos procesos de mentoring.
Ya en la antigua Grecia, era costumbre que los jóvenes (varones) ciudadanos, estuviesen acompañados de personas mayores para el aprendizaje de los valores, cultura, sabiduría y experiencia de su mentor. Se elegía un hombre de confianza allegado a la familia al que le confiaban a sus hijos.
Hay otros libros en donde podemos ver reflejada la imagen del maestro, él que guía, y así lo encontramos en el Libro SIDDHARTHA del escritor Herman Hess. Siddharta significa : “ aquel que alcanzó sus objetivos”. El libro relata la búsqueda por parte del protagonista por alcanzar la sabiduría, la que alcanza en el momento que conoce a su maestro final. Pues la verdadera profesión del hombre es encontrar el camino hacia sí mismo.
Son numerosos los ejemplos de mentores y/o procesos de mentoring que sacados de la literatura se podrían enumerar, y son numerosos los paradigmas que cada uno podría contar de su experiencia personal. Y yo no voy a ser diferente a los demás, pero de entre todos siempre destaca uno en particular. Hace poco en una sesión de trabajo de mentores que de manera altruista aportamos nuestro granito de arena a la sociedad, concretamente a la empresarial y a cuya red pertenezco, surgió la pregunta: “de si nos acordábamos de nuestro primer mentor”. Dos mujeres al unísono respondimos: “ mi padre”. Conozco al padre de la otra mentora y sabía lo que iba a responder, y lo que significa en su vida personal-profesional la figura de su padre, como lo que significa en la mía la personalidad del mío.
He sido una mujer afortunada así como lo han sido el resto de hermanos y hermanas, pues mi padre nos sumergió de lleno en el mundo de la cultura, de la oratoria, de la lectura, de la escritura, de la vida y de la bondad. Sus principios, valores y su sabiduría nos fueron inculcados desde pequeños y a lo largo de la vida que pasó con nosotros. Nos preparaba para la existencia y para el trabajo, para la serenidad y para la jungla que es a veces la vida. Nos enseñó a hablar en público, a presentar, a no arredrarnos ante las dificultades, y sus técnicas de aprendizaje eran novedosas y modernas, que hoy nosotros y nosotras enseñamos a nuestros hijos. Fue un ejemplo a seguir en el terreno profesional pues su experiencia sin límites nos la trasfería con cada palabra, con cada juego, con cada gesto, con cada actuación que hacía. Él ya nos hablaba de conseguir nuestro sello, nuestra marca personal, el management branding tan manido en nuestros tiempos. Era un adelantado en la época que le tocó vivir.
Qué lastima no poder conservar su mente para poder seguir consultándole, qué pena la desaparición de tanta sabiduría y experiencia.
Al menos nos quedan sus palabras, su voz, sus escritos y toda su maestría trasmitida…y lo que llevamos en nuestra mente y corazones.
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Isla de Cortegada. Ría de Arosa. Villagarcía de Arosa (By MSAM)
Qué lastima no poder conservar su mente para poder seguir consultándole, qué pena la desaparición de tanta sabiduría y experiencia….
Lástima ninguna, Montse. Su mente la conservamos entre todos, y su sabiduría y experiencia permanece en todos vosotros y vosotras. Nada de lástima. Una verdadera fortuna que le diese tiempo a perpetuarse en vosotros, y entre nosotros.