Relevo empresarial
Pastores Alemanes. Imagen by MSAM.
En el desarrollo de nuestro trabajo con otras organizaciones empresariales, nos encontramos a menudo con organizaciones que partieron de un promotor, el motor de arranque, quien a partir de una idea fue capaz de crear una empresa que hoy en día es una empresa floreciente. Así como todos estos empresarios, dueños de sus empresas, impulsores de sus organizaciones fueron capaces de sacarlas adelante, no sin problemas y avatares, quienes en algún momento supusieron que no podían superar algún que otro contratiempo, hoy, quienes se encuentran en un momento dulce empresarialmente, porque en lo que creyeron ha germinado y se ha cimentado sobre una estructura sólida, puede no ser tan dulce en cuanto se trata de buscar a su sucesor de entre sus familiares.
En otro de nuestros post hablábamos de la sucesión empresarial, aunque hoy queremos darle otro enfoque, el de la búsqueda de quien ha de ser el relevo de entre hijos y/o hermanos.
Generalmente se produce una selección natural de entre todos los vástagos, aquel que apunta maneras, que vive la empresa como su progenitor, quien no duda en ponerse manos a la obra, quien se sacrifica, quien lo da todo, pues la empresa la siente suya, aquel que quiere darle continuidad a la labor de quien la inició. Suelen ser profesionales que se han preparado no sin esfuerzo, académicamente, quienes además han estado al lado del capitán de la empresa, aprendiendo a su lado, muchas veces desarrollando trabajos empezando por el último escalafón de la organización. Son éstos de los que queremos tratar hoy en estas líneas, de quienes toman el relevo, sin establecer unas mínimas normas de juego con los hermanos, quienes a menudo no son conscientes, o no quieren serlo, del trabajo realizado, de la horas implicadas, de los sinsabores pasados y de las responsabilidades y decisiones que se tuvieron que tomar. Estos que son los nuevos patrones del barco a quienes se les debe el nuevo éxito y crecimiento de la empresa. A ellos se les reclama dividendos, reparto de beneficios y a menudo, sin acierto, querer ser todos iguales solo por el hecho de ser todos descendientes de su progenitor.
Es cierto que en temas familiares y sobre todo en temas familiares empresariales, a veces nos mueve el corazón, como con las parejas y con los matrimonios, y no somos capaces de establecer desde el primer momento las reglas de juego, tan importantes para poder discurrir después con las cosas claras, de manera que no se destruya, al menos en el caso que nos ocupa, la entidad empresarial que tanto les costó a sus mayores levantar.
A éstos queremos animarles a establecer las reglas del juego pues de no ser así puede que luego sea demasiado tarde.
A menudo nos encontramos con empresarios que llevan el timón de las empresas de sus padres, sin establecer unas mínimas normas y reparto de responsabilidades antes de emprender la gran responsabilidad, no solo de mantener el negocio, sino también de dar un salto exponencial en el mercado haciéndolas más grandes, más ventajosas y dando más beneficios. Esto tiene un precio, y hay que hacerlo valer.
A todos los gatos les encanta el pescado, pero temen mojar sus patas. Proverbio Chino
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